lunes, 15 de marzo de 2010

La leyenda de Lorelei.


Entre las regiones de Taunus y Hunsrück se encuentra la roca Lorelei, en el valle del Rhin -declarado patrimonio cultural por la UNESCO- en Alemania. Este valle, con fuertes corrientes, decorado con estrechos meandros y angostos caminos, es sin duda el escenario perfecto para la misteriosa leyenda que allí se oculta. Cuenta esa leyenda que en el año 1500, Lorelei, una muchacha huérfana, se enamoró de Walter, pero éste, prefiriendo a Anna, la rechazó con desprecio. Lorelei pactó entonces con el dios del Rhin, prometiéndole que si la transformaba en una irresistible señora se quedaría con él. Así lo hizo el dios del Rhin, y presentándose en la boda de Walter y Anna, Walter quedó cautivado de la elegante dama y abandonó a Anna, que murió de tristeza poco tiempo después. Cuando Lorelei estba a punto de unirse a Walter, los espíritus del Rhin la separaron y la llevaron a una roca desde la cual debería conducir, en el futuro, a los marinos a su muerte. Desesperado, Walter se arrojó al Rhin.

El nombre de Lorelei aparece por primera vez en una balada romántica escrita por el poeta Clemens Brentano, en 1801. En esta balada, Lorelei es una bella mujer proveniente de Bacharach quien, debido a la infidelidad de su enamorado, decide recluirse en un convento. Rumbo al convento, se detiene en el acantilado para admirar el palacio de su enamorado y en un acto de desesperación, se arroja a las aguas del Rhin. Otra versión de esta historia cuenta que la bella Lore se había enamorado de un hombre que había pedido su mano a su padre, pero que el hombre, mujeriego por naturaleza, no se presentó el día de la boda y Lore, desengañada, se suicidó tirándose al Rhin desde lo alto de la roca. A partir de entonces fueron numerosos los barcos que encontraron su desastre en esta parte del río al sentirse atraidos por el bello canto de una joven de largos cabellos dorados que peinaba cuidadosamente al sol del atardecer.

Siglos después, un joven que se sentía profundamente desengañado de mal de amores quiso suicidarse desde aquella misma roca, pero que una criatura, mitad mujer, mitad pez, lo salvó de las profundidades. Desde entonces, gracias a su buena obra al salvar a aquel joven, se redimió de su maldición y nunca más volvió a aparecer.

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