...o al menos, a un viaje virtual. Esta tarde de sol y ambiente pre-primaveral al inicio de febrero es ideal para tomarse un café en una terracita de la llamada ciudad del vino: Cochem, una villa medieval dominada por la silueta del majestuoso Castillo de Reichsburg. Vale la pena acercarse a conocer el molino de mostaza, uno de los últimos de su especie en Europa, la Plaza del Mercado, el Ayuntamiento barroco, la iglesia de San Martín, el antiguo monasterio Capuchino y parte de la antigua muralla de la ciudad con las históricas puertas de Enderttor, Mäusetor y Balduinstor.
Y para los amantes de los buenos caldos, el Museo del Vino en Senheim, a 18 Km. de Cochem, presenta una de las colecciones privadas más grandes sobre el tema.
De momento, vamos a tomarnos ese café. ¡Salud!
Y para los amantes de los buenos caldos, el Museo del Vino en Senheim, a 18 Km. de Cochem, presenta una de las colecciones privadas más grandes sobre el tema.
De momento, vamos a tomarnos ese café. ¡Salud!
k bonitooooo
ResponderEliminaryo me apuntaría ya
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